Mónica I. Villaverde Jiménez es una diseñadora y artista nacida en San Juan, Puerto Rico, con un Master of Science (M.S.) en Diseño de la Comunicación de Pratt Institute, Nueva York. Su trabajo es un testimonio de su capacidad para integrar técnica, concepto y emoción, dejando una huella significativa en el mundo del arte contemporáneo.

En su obra más reciente, Mónica ha fusionado técnicas de grabado, pintura y costura, dando lugar a pinturas escultóricas de medio mixto sobre lienzo. Este enfoque innovador le ha permitido expandir los límites tradicionales de las disciplinas artísticas, creando piezas que invitan al espectador a sumergirse en una experiencia sensorial y visual única. Sus composiciones, que incluyen estampados de hojas tropicales en forma de parches cosidos sobre el lienzo y rellenados con algodón, generan relieves y texturas vibrantes. Estas obras dinámicas reflejan su continua evolución y su incansable búsqueda por la experimentación artística.

Reivindicación Verde es una colección que refleja la conexión profunda entre la naturaleza y la identidad humana. Es una exploración visual del renacer y la afirmación de la identidad en la naturaleza y en la vida. Las hojas tropicales, representadas en un estado de movimiento y evolución, desafían la rigidez de su entorno y reclaman su espacio con fuerza y vitalidad. Como en el proceso humano de transformación, la obra sugiere un viaje de autodescubrimiento, resistencia y retorno a la esencia. A través del color, la textura y la composición, se crea un diálogo entre el caos y la armonía, reflejando la lucha y la belleza de reivindicarse a uno mismo.

La elección de hojas tropicales no es casual; representan la riqueza y diversidad de la naturaleza caribeña, evocando la conexión de la artista con su tierra natal. El estado de movimiento y transformación de estas hojas simboliza un proceso continuo de crecimiento y adaptación, reflejando la capacidad de redefinirse frente a las adversidades.

En su esencia, esta obra es un recordatorio de la suavidad y la fuerza del renacer. Como decía mi abuela a mi abuelo antes de salir a trabajar: “Que el sol te bese y que te acaricie el viento.” Porque en cada transformación, hay una caricia del mundo que nos recibe de nuevo.